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Solidaridad en Tiempos del COVID: Scalabrinianas Misión con Migrantes y Refugiados

En esta serie de tres partes, UUSC entrevista a su coparte Scalabrinianas Misión con Migrantes y Refugiados (SMR), sobre su trabajo de acompañamiento en México durante la pandemia del COVID-19.

By Lindsey Hoemann on March 2, 2021

¿Cuáles son las actividades normales de SMR y cuáles servicios proporcionan en Casa Mambré?  Antes de marzo del año pasado y antes de la pandemia, ¿cómo era su trabajo y cuáles eran las dificultades o retos en ese entonces?  ¿Había otros eventos o situaciones a los que estaban respondiendo en ese momento?

Antes de la pandemia, además del acompañamiento legal, Casa Mambré brindaba hospedaje, alimentación, servicio de salud integral, física y mental, y oportunidades para continuidad de educación formal y certificación de éstos.  Con el apoyo de nuestros voluntarios, se les brindaba talleres de manualidades, deportes, capacitaciones en diferentes temas y actividades recreativas. Además, las y los residentes podían frecuentar, gratuitamente, en escuelas de organizaciones de sociedad civil, clases de yoga, artes, danza y deportes.

Lastimosamente, con la pandemia, todas las actividades externas fueron canceladas. Los procesos de continuidad de la educación formal y su respectiva certificación, hasta la fecha están suspendidas porque no están trabajando las instituciones gubernamentales responsables. Por las normas sanitarias, nadie puede salir a trabajar; antes de la pandemia muchos trabajaban y venían a Casa Mambré para dormir y comer.

Desde el inicio de 2019, y en consecuencia de las caravanas de migrantes, instituciones de gobierno, como la COMAR [Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados] y Migración, han estado rebalsadas de casos.  Procesos que deberían haber tardado entre 45 días y 2 meses pasaron a tardar de 3 a 4 meses. La pandemia provocó que estos procesos se tornaran todavía más lentos, aumentando el tiempo de estadía en Casa Mambré de 3 meses a 6, 7 hasta 9 meses.

Al hacerse evidente la llegada de la pandemia y la gravedad de la situación ¿Cuáles fueron las respuestas inmediatas por parte de SMR-Casa Mambré?  ¿Cómo era el ambiente en la casa en esos primeros días y semanas?  ¿Cómo reaccionaban las personas que se estaban quedando ahí?  ¿Cómo se sentían las personas voluntarias y colaboradoras ante este escenario?

Desde marzo de 2020 al inicio de la contingencia, tuvimos que implementar un protocolo de seguridad sanitaria que consistió en no recibir voluntarios ni visitas de ninguna índole.  Por varios meses todo el personal trabajó desde casa, y la asistencia prioritaria de Casa Mambré quedó en la responsabilidad de 3 religiosas. En julio, el equipo técnico pasó a trabajar parcialmente de forma presencial y hasta la fecha, algunos todavía trabajan 100% desde casa y otros, un 50% en casa y el otro 50% presencial.

El impacto en las personas residentes en Casa Mambré sigue siendo grande: como sólo pueden salir para atender a sus trámites de documentación migratoria o recibir asistencia médica, se les aumenta el estrés y la ansiedad. También su preocupación constante por sus familiares que están en sus países de origen – que es aun mas fuerte para los que se encuentran en los países afectados por los huracanes Eta y Iota – ha causado desesperación y provocado que entren en crisis emocionales por no poder ayudarles económicamente.

Las consecuencias psicosomáticas son evidentes: frecuentes dolores de cabeza, mala digestión, dolores musculares, insomnio, cambios de apetito, agresividad, apatía y tristeza.

Las que son responsables directas por el acompañamiento en Casa Mambré, se enfrentaron al desafío enorme de tener que estar todo el tiempo atentas a las reacciones, conflictos y crisis emocionales de las personas residentes e intervenir para que no se provocara ningún daño. Además del cansancio mental y emocional, sufrían desgaste físico de estar preparando las comidas, coordinar la limpieza, monitorear el cumplimiento del protocolo sanitario y gestionar todas las compras.

Las autoridades locales y nacionales con las que ustedes tienen contacto regular, ¿proporcionaban algún tipo de apoyo antes de la pandemia?  ¿Cómo describirían la respuesta de estas autoridades a lo largo de esta crisis?  ¿Qué tipos de reglamentos, restricciones u otras reglas se han implementado por parte de las autoridades en respuesta a la pandemia?  ¿Cómo han afectado estas restricciones a la población a la que atiende SMR y sus actividades diarias?

En el principio de la contingencia contábamos con apoyo de autoridades del sector público de salud que venían a Casa Mambré para brindar charlas y atender personas con síntomas similares al de Covid-19. Pero eso fue solo en el primer mes, luego ya no han vuelto.

El Programa de Reconversión Hospitalaria, que designa a hospitales de alta especialidad para atender preponderantemente a personas con COVID-19, ha reducido las camas de urgencia y respiradores para personas con situaciones de salud que no sea COVID – 19. En el caso de los servicios de salud sexual y reproductiva, maternidad y neonatal, David Meléndez Navarro, el Secretario del Comité Promotor de una Maternidad Segura en México, sugirió retornar a usar los servicios de las parteras profesionales, aunque México no cuenta con parteras profesionales suficientes. También no hay suficientes vacunas disponibles específicamente para las embarazadas y los recién nacidos.  En el caso de una familia refugiada residente de Casa Mambré, tuvieron que comprar vacunas para su hija recién nacida porque no había en el sistema público de salud. Sumado a eso, muchas mujeres no acuden a los hospitales por no poner en riesgo a sí mismo y su hijo.

Otras emergencias de salud, como por ejemplo lesiones, fracturas y dolores por infecciones también son atendidas de forma limitada. Uno de los solicitantes de protección internacional residentes en Casa Mambré, fue llevado de emergencia por un dolor fuerte en la barriga, no se sabía qué era. Tres hospitales públicos le negaron la asistencia porque eran exclusivamente para casos Covid-19, sólo después de más de tres horas un cuarto hospital lo recibió.

Se limitó la asistencia en los hospitales psiquiátricos y en los hospitales especializados en rehabilitación física, así que mientras las personas que tienen recursos pagan asistencia privada, las que no los tienen esperan mucho tiempo para recibir la asistencia. Debido a esto, muchos migrantes y refugiados están sin este tipo de asistencia médica específica.

Las restricciones sanitarias, principalmente el cierre temporal de tiendas y prohibición de ventas al aire libre en mercados ha generado desempleo y ha limitado los ingresos de las personas trabajadoras del sector informal. Muchas de las personas solicitantes de refugio o refugiadas han perdido su fuente de ingresos y no tienen dinero para pagar la renta, comprar alimentos, medicamentos y otros productos de primera necesidad.

En la segunda parte de esta serie, personal de SMR habla sobre los servicios públicos de salud en México, cómo se han adaptado a la pandemia, y cómo es la vida para otras organizaciones caritativas en el país.

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